Procopiuk
Estreno: 31 de octubre
F E S T I V A L E S
38º FESTIVAL INTERNACIONAL DE CINE DE MAR DEL PLATA
Sección Panorama Argentino
Festival Audiovisual Bariloche – FAB 12
GANADORA MEJOR PELÍCULA
de la Competencia Patagónica Binacional de Largometrajes Argentino / Chilena
S I N O P S I S
Carlos Procopiuk, pionero de la cinematografía patagónica, fue un apasionado que filmó durante más de 50 años en el interior neuquino combinando documental, cine comunitario y ficción de género fantástico.
Este documental recorre su legado a través de los testimonios de su familia, amigos, colaboradores y, sobre todo, a través de su desconocida pero prolífica filmografía, con un archivo que incluye formatos como 16mm, Super8, Super VHS y U-Matic, entre otros.
“Procopiuk” nos presenta al territorio patagónico como un lugar lleno de posibilidades y a un director entusiasta, capaz de llevar a la realidad sus sueños y comprometer a más gente en ellos.
E Q U I P O T É C N I C O
Director: Diego Lumerman
Guion: Sofía Tarruella, Diego Lumerman
Edición: Susana Leunda
Productor/es: Diego Lumerman, Cecilia Guerrero
Compañía/s Productora/s: Lemuria Films – Chacra Cine
D A T O S T É C N I C O S
2023 – 65’ – COLOR-B&N
ARGENTINA – Español
B I O F I L M O G R A F Í A D E L D I R E C T O R
DIEGO LUMERMAN
Diego Lumerman (1983), es graduado en Dirección Cinematográfica en la Universidad del Cine. Entre sus trabajos destacados se encuentran los cortometrajes “Territorios extraordinarios” (2016) y Bela Veiko (2019) los cuales participaron y fueron premiados en numerosos festivales nacionales e internacionales. Este es su primer largometraje.
N O T A S D E L D I R E C T O R
«En 2015, tras haber vivido, estudiado y trabajado durante 12 años en la Ciudad de Buenos Aires, regresé a Neuquén con el objetivo de producir un unitario documental llamado Territorios extraordinarios, centrado en los hitos, mitos y ritos del norte neuquino. Durante la investigación para este proyecto, un colega mencionó a Carlos Procopiuk: “era documentalista, neuquino, un personaje… ya falleció”. Me contó que Procopiuk había filmado un plano del río Neuquén sobrevolando el valle en un ala delta, con una cámara Super VHS a cuestas. Procopiuk también había filmado en el norte neuquino, pero 40 años antes, cuando esa región era prácticamente desconocida e intransitable.
Conseguí dos de sus películas, una de 1975 y otra de 1986, y al verlas me impactó descubrir a alguien con una sensibilidad y unos intereses tan afines a los míos que ya había recorrido esos mismos paisajes. Durante el rodaje de Territorios extraordinarios, varios puesteros recordaban a Procopiuk y compartían anécdotas de sus filmaciones. Mi curiosidad por este director creció. De vuelta en Neuquén, al consultar con conocidos y familiares, todos tenían algún recuerdo de «Proco». Lo que comenzó como una investigación inicial sobre su vida y obra, reveló un personaje fascinante, con una vida intensa y apasionada, y una producción vasta y diversa.
Me sorprendió tanto la cantidad de películas que realizó como sus motivaciones y búsquedas artísticas. También me surgieron muchas preguntas sobre cómo era producir cine en aquellos años en Neuquén. Al ver sus producciones, que son muchas, comprendí que, aunque su técnica no fuera particularmente virtuosa, en sus filmes se percibía una inocencia, una capacidad de asombro y un espíritu aventurero absolutamente contagioso.
La gran cantidad de relatos sobre su vida, los personajes que lo rodearon, el archivo que parece interminable, el carácter pionero de su obra, el contexto en el que trabajó, y su registro a lo largo del desarrollo de la región, fueron los elementos que me motivaron a realizar este documental. Sin embargo, la verdadera inspiración surgió de los recuerdos que las personas compartían sobre él. Desde el puestero en lo profundo de la cordillera, hasta el operador de un canal de televisión regional, pasando por bailarines, actores, músicos e historiadores, todos tenían vivencias vívidas sobre Procopiuk, como si su espíritu aún estuviera presente en sus vidas. Estos relatos están llenos de contradicciones, lagunas y áreas desconocidas, incluso para sus allegados más cercanos, lo que lo convierte en un personaje aún más intrigante.
Reflexionar sobre su vida y el espíritu de su obra me permite conectar con lo universal de la creación artística y encontrar algunas respuestas a mis propias dudas sobre la producción de cine lejos de los grandes centros. Esta película no solo es una forma de reconectar con mi territorio a través del amor al cine, sino también de rendir homenaje a un colega, maestro y amigo».
DIEGO LUMERMAN
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