Rivera 2100
Estreno: 22 de Octubre
Descargar fotos Liliana y Lito Vitale
SINOPSIS
En la noche más oscura de la Argentina, durante 1976, Donvi Vitale y Esther Soto (junto a sus hijos Lito y Liliana) deciden crear un oasis musical y cultural en la casa (que al mismo tiempo es estudio de grabación) en la calle Rivera 2100 de Villa Adelina. De allí emerge buena parte de la cultura alternativa de la época y un modo de gestionar la creación artística en absoluta libertad e independencia que perdura hasta nuestros días.
ACERCA DE LA HISTORIA
En Rivera al 2100, una esquina inhóspita frente a los galpones del ferrocarril en Villa Adelina, el joven matrimonio de Rubens “Donvi” Vitale y Esther Soto levantó con sus propias manos una casa que fue el inicio de todas sus coordenadas, un reducto acogedor que irradiaba arte y libertad mientras
el país padecía la etapa más oscura y violenta de su historia.
Entre esas paredes comenzó la relación profunda de la pareja Vitale y
sus hijos – Liliana y Lito – con la música, incluso el mismo día de la mudanza adquirieron un piano que un amigo usaba como andamio y que fue el juguete de infancia de Liliana y Lito y el protagonista de interminables tertulias.
Cuando los hijos crecían, Donvi percibió el interés genuino que tenían por la música y se dedicó a investigar y crear un método de enseñanza musical diferente al establecido. Fue tan efectivo que Rivera 2100 empezó a llenarse de alumnos, con algunos de los cuales a mediados de la década del 70 fundaron MIA (Músicos Independientes Asociados), una cooperativa de artistas y técnicos hacedores de una obra exquisita y pioneros de la producción independiente en el país.
MIA se fundó sobre la idea de ser músicos independientes, del Estado y de la industria musical, y de la necesidad de actuar asociados, porque la independencia sin redes no bastaba para avanzar. Bajo esos conceptos imantaron a artistas como Alberto Muñoz, el “Nono” Belvis, Juan del Barrio, Daniel Curto, Verónica Condomí, Mex Urtizberea, Gustavo Mozzi, Kike Sanzol, Emilio Rivoira, Perla Tarello, entre otros tantos que junto a Liliana y Lito Vitale integraron las diferentes e innovadoras formaciones (dúo, coro, trío) de MIA y que vivieron de otras actividades – en general la docencia – para no comprometer la calidad de la obra.
Los ensayos en la casa de Rivera llegaron a ser multitudinarios, cuando la cooperativa sumaba cerca de cincuenta personas entre las que también estaban los técnicos de sonido Carlos Melero y Ángel Itelman.
Con un pasado de política militante, Donvi y Esther reglaron el funcionamiento de MIA lejos de la lucha armada. Intuían que el país empezaría a desangrarse y eligieron el arte para subsistir, vivir con el espíritu del rock aunque también distantes de los comportamientos del rockero de entonces. Donvi y Esther fueron determinantes respecto a la negativa de consumir drogas, lo que solía estigmatizarlos como una especie de clan y alejarlos de algunos circuitos musicales. No obstante, eso no imposibilitó que se vincularan y crearan junto a artistas admirados como Luis Alberto Spinetta, Egberto Gismonti, Miguel Ángel Estrella, Gustavo Santaolalla y Patricio Rey y sus Redonditos de Ricota, que solían compartir escenarios o su arte en la casa-estudio de Villa Adelina.
La red no solo la construyeron con colegas sino también con periodistas e intelectuales afines, especialmente nucleados alrededor del Expreso Imaginario, una revista de cultura del rock dirigida por Jorge Pistocchi y pionera en publicaciones alternativas. Entre ellos compartían formas de ver la vida que incluía posiciones ante el modo de producción artístico, la naturaleza, las artes plásticas, las filosofías orientales y la poesía. MIA y el Expreso Imaginario – con Donvi y Pistocchi como sus grandes ideólogos – se influyeron y enriquecieron mutuamente. Algunos ejemplos de esta comunión fueron los ciclos de conciertos en el Teatro Santa María producidos por MIA que incluyeron conferencias temáticas dictadas por los periodistas de la revista, o la promoción de los eventos en el Expreso que hizo crecer el fichero de la cooperativa (fichas con datos postales de los fans para convocarlos por correo o telefónicamente a los shows) lo que se traducía en conciertos a sala llena.
MIA dejó de existir con el fin de la dictadura militar y los cambios artísticos generados durante la apertura democrática. Su legado consta de: 4 discos (uno triple); innovaciones artísticas históricas como otorgarle espacio a la música instrumental en el rock local o presentar a mujeres en grupo cantando música popular a capella o tocando la batería, roles previamente ocupados por hombres; ser un semillero de artistas que siguió vinculándose de modo sagrado con la obra; y sentar las bases de la producción independiente en el país promoviendo fenómenos como Los Redonditos de Ricota – a quienes Donvi y Esther trasmitieron sus “secretos” – o la actual UMI.
El cuidado del concepto, la autogestión y el espíritu rockero continuó en la figura de Donvi y Esther hasta los últimos años de su vida. Un sacerdocio para lograr “una vida con Goyete” (Donvi dixit).
ELENCO PRINCIPAL
LITO VITALE, LILIANA VITALE, ESTHER SOTO, DONVI VITALE.
ELENCO SECUNDARIO
FIDEL VITALE, MEX URTIZBEREA, MIGUEL GRINBERG, PIPO LERNOUD, SALVADOR GARGIULO, AGRUPACION MIA, ALBERTO MUÑOZ, EMME, JANO VITALE, JUAN BELVIS, OLIVERIO BELVIS VEIRA,
CAMILO CUELLO VITALE, LUCIANO MARCO VITALE TORRES.
FICHA TÉCNICA
Guión: MIGUEL LUIS KOHAN / PAULA ROMERO LEVIT/ ALICIA BELTRAMI
Asistente de dirección: AGOSTINA BRYK
Director de Fotografía: FEDERICO BRACKEN
Música: LITO VITALE/ DANIEL CURTO/ JUAN DEL BARRIO/
ALBERTO MUÑOZ/ JUAN BELVIS
Producción Musical: LITO VITALE
Director de Sonido: NICOLAS GIUSTI
Montaje: CÉSAR CUSTODIO/ CAMILA MENÉNDEZ
Productor: MARCELO SCHAPCES/ MARIANA ERIJIMOVICH
Colorista: IGNACIO DI MARTINO
DATOS TÉCNICOS
Argentina 2019 – 2020 / Color / 68 min / ATP
ACERCA DEL DIRECTOR Y CO-GUIONISTA
MIGUEL LUIS KOHAN
Realizador independiente con obras premiadas en festivales internacionales y locales. Actualmente finalizando su última película de ficción “El Despenador” producida por Vertiente Cine y Vanguard Films de EEUU. Su última realización, “La Experiencia Judía de Basavilbaso a Nueva Amsterdam” fue seleccionada al Bafici 2019, y mostrada en numerosos festivales internacionales, y recientemente nominada a mejor música en cine,
para los premios Gardel 2020.
Dirigió y produjo “El Francesito», un documental (im)-posible sobre el Dr. Enrique Pichon Rivière”, estrenada en el 2016, Obtuvo el Premios Sur como mejor documental del 2016 y fue candidata por Argentina a mejor documental a los Premios Platino del Cine Iberoamericano. En el festival, FICSUR obtuvo 4 premios. En 2015 dirigió “Lluvia Cósmica”, un largo unitario sobre el Observatorio Astronómico Pierre Auger, realizado para el canal TEC TV, auspiciado por el Ministerio de Ciencias y Tecnologías, junto con la productora 25pFilms y con el apoyo de la Fundación KIA de Alemania.
Previamente dirigió la película, “Café de los Maestros”, producida por Lita Stantic, Walter Salles y Gustavo Santaolalla. Tuvo una amplia distribución mundial y exhibida en 25 festivales internacionales, destacándose el Festival Internacional de Berlín, Berlinale, 2009, Apertura en el Telmex Arena del Festival de Cine Internacional de Guadalajara del 2009, Festival internacional de Salónica, 2009, Festival internacional de Riocine Brasil, Festival Internacional de Cine de Jerusalén, la película ganó el premio Clarín al Mejor Documental y el Premio Cóndor de Plata al Mejor Documental en el 2009, fue emitida por Canal+ de Francia, por Netflix USA y actualmente distribuida en otras plataformas digitales.
En el 2001 dirigió “Salinas Grandes”, con música de Gustavo Santaolalla, participó en numerosos festivales europeos.
En 1999 funda su productora K films producciones y realiza documentales para cadenas internacionales como BBC (El innovador y su entorno), People & Arts (La Boca de Pérez Celis), Sundance Channel (BAFICI 2000) y TBS de EEUU, y musicales para MTV, Universal Music (BajoFondo TangoClub),
BMG (Adriana Varela) y Deutsche Grammophon (Mercedes Sosa).
Miguel Kohan se ha formado profesionalmente en EEUU, realizando un master de cine y televisión en UCLA, (Universidad de California,Los Angeles).
En 1996 gana una beca del National Endowment of the Arts para realizar una investigación para un documental en desarrollo sobre música en extinción en el Noroeste Argentino junto a Leda Valladares.
Brinda clases de cine en el CIC (Centro de Investigaciones Cinematográficas), en la UNSAM y en el 2016 un seminario de capacitación audiovisual “Un cine sin nombre” ( ex documental ) auspiciado por la ENERC, Secretaria de Cultura y la Universidad de Catamarca, y ARIC (Asociación de Realizadores Independientes de Catamarca).
Previamente Miguel Kohan fue Médico Psicoanalista y Psicólogo Social, como fotógrafo realizó exposiciones individuales y colectivas y se ha formado con un Master en dirección de Cine y Televisión en UCLA (Universidad de California de Los Angeles, EEUU).
PALABRAS DEL DIRECTOR
«En una época en donde la pobreza de poder sostener una “experiencia compartible” ya es una marca antes de la pandemia, la llegada para dirigir esta película no podría haber sido más oportuna. Tener el privilegio de poder sumergirme en un colectivo de artistas que sobrellevaron la experiencia artisitica y autogestiva en un contexto tan amenazador como fueron los años 70 propuso un desafío de construcción de una narrativa en donde esta gesta estuviese representada.
Conocí a la familia Vitale y a Lito Vitale en mi adolescencia, durante la época de la dictadura, cuando era fotógrafo de la revista “El Expreso Imaginario”, y con Pipo Lernoud – su director- comentábamos las virtudes del grupo MIA. También incursioné en la música tomando clases con Lito Vitale y asi surgió la ocasión de un préstamo de un teclado el “mini-moog” que yo tenia para un concierto de MIA, todo un privilegio para mí.
Esta anécdota de época se convirtió con el tiempo en algo muy valioso y que nunca hubiese imaginado: dirigir una película sobre el grupo MIA.
El haber compartido aquella época con ellos facilitó sumergirme en la realización de la película sabiendo quiénes eran por haber compartido “un tiempo” y poder, desde allí, elaborar y crear un “espacio fílmico» en donde poder fluir y por sobretodo, verosímil y fiel.
Por eso, esta película significa para mí un re-encuentro y una revelación también de un concepto que anidó más tarde y que fue el rector de la película, la idea del Goyete. Término acuñado por el padre de Lito Vitale, Donvi, y que está impreso en un piano que usa Lito Vitale. Una idea que fue propuesta en los inicios de nuestros encuentros, una expresión muy nuestra que está ligada justamente a la de una experiencia que sea, antes que nada, transformadora en la vida de las personas. Como lo es para mí esta película, de allí, mi agradecimiento a la convocatoria por los Vitale y la productora, para su realización y para poder acompañar y hacer que esta idea llegue a su mejor concreción y, por sobretodo, para que tenga Goyete.»
Miguel Kohan
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